Durante la última década, los estudiantes escolares han informado constantemente tasas crecientes de ansiedad, depresión y otros problemas de salud mental, y esas cifras se aceleraron enormemente durante la pandemia mundial. Los educadores que trabajan en la primera línea de esta crisis necesitan acceso a herramientas precisas y fáciles de usar que promuevan la intervención temprana al identificar a los estudiantes en riesgo de ciberacoso, autolesiones, violencia, angustia mental y otros problemas relacionados. Además, a medida que el aprendizaje remoto y las aulas digitales se vuelven la norma, los maestros quieren tener la capacidad de dar a sus estudiantes la libertad de usar aplicaciones y sitios web para aprender y colaborar, al tiempo que minimizan las distracciones y la exposición a contenido no saludable.